El crómlech de Oianleku está situado en un paraje excepcional, un lugar que invita al paseo sin prisas. El día de Navidad ideamos un recorrido rápido antes de la comida familiar, uno de esos recorridos que no exige mucha preparación y que cumple su cometido al estar tan cerca de casa. No hizo un día bueno pero la temperatura era buena para caminar.
Ubicación: Macizo de Bianditz, Gipuzkoa.
Cima: Basate (624m).
Desnivel acumulado: 130.
Distancia: 4,51 km.
Duración: 1h.
Acceso: Partimos desde el parking de Kauso, en el kilómetro 12,8 de la carretera que asciende a Artikutza desde el barrio oiartzuarra de Altzibar.
11:14. Dejamos el coche en el aparcamiento (540m) y tomamos enfrente un camino balizado con pintura amarilla y blanca que se interna en el pinar.
Nos acercamos a Donostia, hoy bajo las nubes.
Y seguimos cómodamente por un camino sin apenas cuestas
Se sale a un descampado y se vuelve a meter en el bosque.
Donde ahora mandan las hayas trasmochas.
Poco antes de arribar al crómlech, hay una borda y mesas para comer.
Y al lado está el crómlech de Oianleku.
Subimos a la loma de Basate, con otro vestigio prehistórico.
11:42. Basate (624m). Hoy no tenemos vistas pero se aprecian desde aquí todas las cimas representativas del parque natural de Aiako Harria.
La doble cima herbosa de Urmendi con una borda perdida.
Volvemos a la chabola y tomamos un camino más al este.
Que nos permite trazar una semicircular.
Por ahí descenderemos al descampado de antes.
Y de ahí, enseguida al coche.
Ya hemos hecho hambre para la comilona...
Y os dejo el mapa.
Y os dejo el mapa de Topopiris.
Y os dejo la imagen 3D del Google Earth.
Y en este enlace os dejo el track:
ver track
LAS NOTAS (La escala es del 1 al 5):
DIFICULTAD: 1. Sencillo paseo, muy bien indicado.
BELLEZA DEL ITINERARIO: 3. Parajes agradables, bonito bosque, vista hacia Peñas de Aia...
IMPORTANCIA DE LA CUMBRE: 1.
Y ASÍ LO VIO MI PADRE: Mi partenaire me comenta que "fue un recorrido que cumplió perfectamente su cometido: entretenernos la mañana".
Nos hizo ilusión conocer el oasis de Oianleku, un lugar en el que no habíamos estado nunca pese a visitar con frecuencia el paraje de Peñas de Aia y Artikutza.